Como
profesionales comprometidos con la defensa de la Justicia Social,
desde el Colegio de Trabajo Social de Cantabria mostramos nuestro
rechazo a todas aquellas medidas que supongan una limitación en el
acceso al Sistema Sanitario Público a aquellos grupos de población
que presentan mayores indicadores de riesgo social, como son la
población inmigrante en situación irregular.
El
RD 16/2012 está dejando fuera de la atención sanitaria y el acceso
a las prestaciones farmacéuticas no a todas aquellas personas
extranjeras sin residencia legal en España, sino tan sólo a
aquellos que presentan una mayor precariedad económica, aquellas que
no se pueden permitir el acceso a la atención sanitaria ni en su
país de origen ni de forma privada. No se trata de un decreto que
excluya de la atención a las personas inmigrantes, sino tan sólo a
los pobres, dando lugar a un sistema de salud restrictivo e injusto,
que no garantiza el acceso a una atención adecuada de salud en
condiciones de igualdad.
Desde
nuestro trabajo diario estamos observando una nueva realidad
socioeconómica, con necesidades emergentes que hacia varias décadas
que no se observaban en nuestro contexto. Nos encontramos con
personas que no pueden garantizar para sí mismas y sus familias, una
vivienda digna, una alimentación adecuada y, ahora se le suma, la
incapacidad de algunos grupos de población de poder acceder a una
atención sanitaria de calidad y a los productos farmacéuticos que
precisen. Incluso estamos viendo a personas que sí tienen reconocida
la asistencia sanitaria, pero que ven limitada su recuperación
debido a que no tienen medios económicos suficientes para hacer
frente al gasto que supone el acceso a las prestaciones
farmacéuticas, a una alimentación específica o a otros servicios
de apoyo. Por tanto, la realidad que nos estamos encontrando es la de
un sistema que avanza hacia mayores cotas de privatización, de tal
forma que la restricción en el acceso a una atención sanitaria de
calidad no sólo está afectando a las personas con residencia
irregular, sino también a otros grupos de población que presentan
altos índices de pobreza, marginación y de exclusión social.
Manifestamos,
por tanto, nuestro apoyo e interés por colaborar con la plataforma
“Ciudadanía contra la Exclusión Sanitaria” por su defensa de un
sistema sanitario más justo y equitativo.
En Santander a 2 de
septiembre de 2013
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